La noche cubierta de un manto espeso de nieve, la suave brisa levanta una cortina de polvo blanco que cubre todo a su paso. A fuera el frio es penetrante, aqui dentro, los vidrios se empañan, mi aliento se hace humo y la radio anuncia otra caida de temperaturas. Una serpiente de luces recorre la cuidad, todos van, todos vienen. Las calles casi invisibles se tornan peligrosas, los autos como novicios esquiadores tratan de aferrarse al poco alquitran que puede haber descubierto el paso de los anteriores, algunos con exito logran frenar, otros, con menos suerte, arrugan sus frentes entre si. Al frente mio, se divisa una calle casi oscura, una luz roja en la puerta invita al desquite. En el parking del lugar solo mi auto es testido de mi fuga. Dentro, la palabra deseo, se mezcla con la palabra calor, calor que quema mi garganta cedada por un wisky frio. El calor se acerca y arde junto a mi, el deseo se torna en pasion y las ventanas se empañan de sudor. El cuarto ya no esta vacio, yo ya no estoy solo, aunque solo somos uno. Mi cuerpo se crece, su cuerpo se funde, sus labios me tocan, los mios deanbulan por su cuerpo. La luna se asoma por la ventana, el reflejo avisa del peligro. Su cuerpo entregado, el mio algo herido. El deseo cae rendido, el sudor resbala en la ventana, el calor deja de ser ardiente, y esa luz roja de la entrada, deja de ser roja para convertirse en amarilla y luego verde. El trafico se mueve y yo con el. Otra noche empieza, otro trabajo espera, yo sigo en mi carro a las 4 de la madrugada. La radio anuncia -24 para el resto de la noche.
